En este artículo te mostramos la historia y el significado de Santa Cecilia, patrona de los músicos, con todo detalle.
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Transporte Total 0,00 €Ya hemos apuntado anteriormente la capacidad que tiene la música para influir y cambiar nuestro estado de ánimo. Existen muchos estudios que han demostrado que cuando escuchamos música alegre o música que nos gusta nuestro cerebro produce endorfinas, conocidas de forma coloquial como hormonas de la felicidad.
Por un lado serotonina, que ayuda a calmar el estado de ánimo, y por otro lado, dopamina, una neurohormona ligada al placer y la motivación y que nos hace sentir emociones como felicidad o diversión, por lo que evidentemente, el estado de ánimo mejora.
Seguro que alguna vez al escuchar una canción que te gusta mucho has notado que incluso se te erizaba la piel. Eso es porque la dopamina está en pleno funcionamiento.
Como hemos visto anteriormente, la música libera endorfinas, que además de mejorar nuestro estado de ánimo, pueden ayudar a contrarrestar la sensación de dolor y funcionar como analgésicos naturales.
Por tanto, aunque la música no tenga la capacidad de curar una enfermedad, puede ayudar a combatirla y a reducir sus síntomas, ya que además también funciona como mecanismo de distracción para disminuir la sensación de angustia producida por el dolor.
La terapia musical o musicoterapia está cobrando cada vez más importancia, de forma complementaria, en los hospitales, con resultados demostrados en postoperatorios, partos o dolores crónicos como dolores de cabeza, artrosis…
Además, también se ha demostrado que gracias a la música aumenta la producción de plaquetas y la protección de las células ante algunas enfermedades.
Para aquellos con problemas de sueño, la música puede ser una alternativa mucho más económica y sana que los fármacos.
Escuchar música tranquila antes de dormir genera un efecto relajante inmediato al reducir la actividad cerebral, ya que se evita la constante abundancia de pensamientos que pasan por nuestro cerebro cuando comienza a frenar la actividad debido al cansancio.
De hecho, existen estudios neurocientíficos que demuestran que obras como la Sonata K448 para dos pianos en Re Mayor de Mozart, tiene un rango de actuación tan directo en nuestra actividad cerebral, que puede llegar a reducir ataques de personas que sufren epilepsia.
La música es capaz de activar diversas zonas del cerebro al mismo tiempo, por lo que es más fácil procesar, aprender y retener la información. Esto quedó patente en un estudio de la Universidad de Helsinki en el que se demostró que la música de Mozart activaba los dos hemisferios del cerebro, potenciando el aprendizaje y la retención de información.
De hecho, la musicoterapia se está usando cada vez más, y con buenos resultados, en los enfermos de Alzheimer. Y es que además, la música está muy ligada a las emociones que funcionan como un acceso directo a todos nuestros recuerdos.
Un dato curioso es que la música se instala en zonas del cerebro diferentes a aquellas donde se instalan el resto de recuerdos. Es por esto que muchas veces no recordamos cosas sencillas pero sí que somos capaces de recordar la letra de esa canción que tanto nos gusta.
La música es el complemento perfecto para hacer deporte. Cuando escuchamos una canción, el ritmo viaja hasta el área motora del cerebro, estableciendo cuándo debemos movernos. Gracias a esto es mucho más fácil mantener el ritmo y por tanto, el rendimiento al hacer deporte.
Además de esto, hemos visto que la música es un gran mecanismo de distracción por lo que será más fácil evitar centrarse en el cansancio o el aburrimiento que sentimos al realizar los ejercicios. Y no solo esto, sino que además también potencia la relajación por lo que disminuye la tensión muscular y mejora la coordinación.
Si vas a realizar ejercicio o algún deporte, la música será una gran compañera.
Otro de los beneficios de la música fue demostrado mediante un estudio científico de la Universidad de Meryland que afirma que escuchar música aumenta la producción de óxido nítrico en nuestra sangre. Gracias a esto el diámetro de las ventas aumenta y ayuda a evitar la aparición de coágulos de colesterol. Esto es algo que sucede durante un breve lapso de tiempo, por lo que los beneficios para la circulación serán mayores si se escucha música con frecuencia.
Un dato importante es que este efecto puede potenciarse al escuchar música que nos guste mucho, pues está directamente ligado al grado de satisfacción que genere.
Pero si hemos visto que escuchar música tiene muchos efectos positivos y beneficios para nuestra salud, hacer música (cantar o tocar un instrumento) aún produce más beneficios.
Esto se debe a que cuando alguien interpreta un instrumento, no solo escucha música sino que al mismo tiempo trabajan su mente y su cuerpo, por lo que se convierte automáticamente en un entrenamiento en diversos sentidos, especialmente a nivel cerebral.
La educadora neuromusical Anita Collins hace referencia a esto afirmando que “cada vez que un músico toca un instrumento, se desatan fuegos artificiales en su cerebro.”
Al escuchar música, nuestro cerebro divide todos los elementos que la componen (melodía, armonía, ritmo…) y luego los vuelve a unir para generar una experiencia musical integrada. Sin embargo si a esto sumamos que la persona no solo escucha la música, sino que la interpreta con un instrumento, las áreas del cerebro que se ven involucradas son muchas más, destacando las cortezas visual, auditiva y motriz
Todo esto se incrementa mucho más en los niños. Según un estudio de la academia de Oxford, los niños entre 4 y 6 años que habían recibido clases musicales durante un año, gozaban de un mayor desarrollo cerebral y una mejor memoria que los que no habían tomado estas clases. Además, este mayor desarrollo no solo se centraba en el aspecto musical sino que también beneficiaba otras habilidades como la memoria verbal, alfabetización, matemáticas, cociente intelectual.
Pero, además de todo lo apuntado anteriormente, también se ha demostrado que los beneficios que aporta tocar un instrumento musical, son de larga duración así como acumulativos. Y es que según estudios de la Universidad Emory de Estados Unidos, hacer música ayuda a proteger el envejecimiento cerebral, es decir, reduce el riesgo de sufrir problemas de memoria o cognitivos en edades avanzadas.
Estos son solo algunos de los beneficios de tocar un instrumento a nivel cerebral, pero existen muchos más:
Cuando interpretamos un instrumento debemos mantener toda nuestra atención en muchos aspectos al mismo tiempo: ritmo, tempo, tono, duración de notas. Si a esto le sumamos que estamos tocando junto a otros músicos, la concentración será aún mayor ya que, además de escucharte a ti debes estar pendiente de los otros intérpretes para que todo suene bien.
Al tocar un instrumento realizamos un ejercicio de coordinación muy grande, tanto en las manos como también a veces en los pies (como ocurre al tocar el piano o algunos pedales de la batería). Y es que debemos tener en cuenta que cuando se lee una nota musical, el cerebro, de forma inconsciente, la convierte en una serie de patrones motores a la vez que determina la respiración y el ritmo, todo ello para tratar de reproducir esa nota con el instrumento
Tocar un instrumento, al igual que ocurre con prácticamente todas las actividades artísticas, enseña a pensar de una forma más creativa y a resolver problemas más fácilmente gracias a la capacidad de imaginar muchas y distintas soluciones posibles.
Sobre este tema habla Carolyn Phillips, exdirectora ejecutiva de la orquesta Norwalk Youth Symphony, una de las más célebres e importantes orquestas sinfónicas jóvenes del mundo. Ella afirmaba en un artículo que escribió sobre los beneficios de la educación musical, que “las preguntas relacionadas con el arte no tienen una única respuesta correcta”
Bien es sabido por todos que para lograr los objetivos y mejorar en la música y al tocar un instrumentos, hay que dedicar tiempo y sacrificio, practicar muchas horas y ser constante. Según afirma la misma Carolyn Phillips “ a través del estudio de la música, los estudiantes aprenden el valor del esfuerzo sostenido para lograr la excelencia y las recompensas concretas del trabajo duro”. De esta forma, aquellos que aprenden música amplían sus recursos internos.
Hemos hablado anteriormente que tocar un instrumento requiere de constancia, disciplina y esfuerzo, por lo que cuando se logran el objetivo, produce una gran satisfacción. Esto, según algunos estudios, potencia el nivel de autoestima del intérprete.
Tanto es así que estos mismos estudios recomiendan que el aprendizaje de instrumentos musicales se incluya en los programas educativos, no solo para que niños y jóvenes puedan obtener muchos de los beneficios citados a lo largo de este artículo, sino porque también ayuda a mejorar la confianza en sí mismos.
En Instrumentomanía somos unos grandes amantes de la música y de los instrumentos musicales. En tienda encontrarás todo tipo de instrumentos así como accesorios musicales y partituras, accede a nuestra web www.instrumentomania.com para ver nuestro catálogo de productos al completo.
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Hemos visto todos los beneficios de la música y de tocar un instrumento, y en Instrumentomania también hemos pensado en ello. A lo largo de todo el curso ofrecemos diversas masterclass en nuestro auditorio en las que podrás aprender de los mejores profesionales y perfeccionar tu técnica y capacidades interpretando tu instrumento. Si quieres conocer más información acerca de estas Masterclass puedes seguirnos en nuestros perfiles de redes sociales en Facebook e Instagram, donde publicaremos la información periódicamente.
Ya sabes todos sus beneficios, así que es el momento perfecto para animarse y empezar a hacer música.
Te esperamos en C/Ermita, 62. Guadassuar (Valencia)
¡Que la música nos acompañe siempre!
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